Nuestro querido amigo, Gonzalo Vilchis, de Iluminando con Amor , y a quienes les debemos el generoso donativo de teléfonos celulares, con los que las Damas Betti se pudieron comunicar con sus seres queridos, tuvo una idea visionaria: "¿Y si además de hacerles llamadas, ¿también les escribimos?"
Tardamos más en decirlo que en hacerlo, y en cuestión de un par de días, las Señoras Betti no solamente estaban recibiendo llamadas de los voluntarios y voluntarias de Iluminando con Amor, sino que ¡también estaban recibiendo cartas personalizadas!
Las Damas Betti se preguntaban cómo era posible, si no las conocían, pero la respuesta es simple, solo hace falta un corazón dispuesto para conocer a un corazón con necesidad.
Y esos días que parecían largos, interminables, monótonos, interrumpidos por alguna clase de ejercicio o de lectura, se llenaron de pláticas, chismes, cuentos, experiencias y de todo lo que las Abuelas Betti quisieran platicar y todo lo que quisieran escuchar de los y las chicas de Iluminando con Amor.
Gracias Gonzalo, a tí y toda tu gente dispuesta por hacer algo más allá por cariño a nuestras abuelitas.
¡Y lo que falta!
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