Hoy continuamos descubriendo la vida de Don Bosco a través de su biografía... y hay varias cosas que nos llaman la atención.
Indudablemente Juan Bosco tenía un llamado como servidor de Dios, pero lo que en realidad le encantó a las Señoras Betti, fue que más allá de esa figura virtuosa y santa... su ejemplar historia comenzó como la de todos nosotros, siendo un niño travieso.
Así es como en esta ocasión, descubrimos que Juan Bosco y su hermano José, se metían en cualquier tipo de problemas, los propios de niños de su edad: brazos atorados en árboles, frascos de valioso aceite rotos y inclusive, la cacería del "diablo" en una noche oscura, solo para descubrir que era una gallina atrapada en un cesto de granos.
Todo esto le sacaría canas verdes a cualquiera, menos a Margarita, su mamá, quien además les enseñó tres valiosas lecciones: ¿Qué es lo que debe hacer un buen cristiano al despertar? La señal de la Santa Cruz. ¿Qué es lo primero que debe hacer un buen cristiano al vestirse? Hincarse frente a una imagen devota y renovar el corazón en un acto de fe. ¿Y qué se debe hacer antes de ponerse a trabajar? Dedicarle su trabajo a Dios. Lecciones que siempre acompañarían a Juan Bosco.
Pasamos de la risa al miedo y después a la reflexión en una tarde donde ninguna de las señoras siquiera bostezo, sino por el contrario, estaban al borde del asiento.
Ya veremos qué nos prepara Juan Bosco y cómo llegó a ser la importante figura de la Iglesia Católica, tal y como lo conocemos.
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